México es el resultado de años de cambios, evolución, mezclas, adaptaciones culturales y lingüísticas, y Sonora es una fracción de ese ejemplo. La historia de Sonora antes de adoptar ese nombre se remonta a mucho tiempo desde antes de la Conquista, cuando sucedió este fenómeno que significó uno de los cambios más contundentes en su historia. Algunas de las etnias que existían antes han logrado conservar su integridad cultural hasta cierto punto al día de hoy, aunque sí podemos decir que somos el resultado de una combinación entre estas y las culturas europeas que llegaron.
Al día de hoy, estas etnias ahora se han conceptualizado como “pueblos originarios”, los cuales viven en diferentes partes de México. En el caso de Sonora, hay siete tribus que se conservan al día de hoy: cucapá, tohono o’odham o “gente del desierto”, comcáac o seris, o’ob o pimas, guarijíos o makurawe, los yaquis o yoremes los mayos o yoremes. Se encuentran en municipios como San Luis Río Colorado, Altar, Caborca, Plutarco Elías Calles, Puerto Peñasco, Sáric, Hermosillo, Pitiquito, Yécora, Quiriego Guaymas, Cajeme, Bácum, Etchojoa, Benito Juárez, Huatabampo y Navojoa, entre otros. Es con ellos que comienza la historia de Sonora.
Desde el punto de vista religioso, el nombre del padre jesuita italiano Eusebio Francisco Kino resuena fuertemente, pues el proceso de evangelización que ejerció por décadas a finales del siglo XVII en diferentes áreas del Estado fue un parteaguas en la formación de la identidad de varios municipios. Muchas fiestas religiosas que son parte de sus tradiciones nacieron por esta evangelización, e incluso algunas se han combinado con festividades indígenas.
La Guerra de la Independencia del siglo XIX acabó con la época de la colonia, y Sonora se declaró como Estado en 1831 con la Ciudad de Hermosillo como su capital, lo cual trajo algunos beneficios económicos, aunque también se vio afectado (como el resto del país) por la constante disputa entre conservadores y liberales, cuando los primeros buscaban un gobierno centralizado, y los segundos un sistema federalista. En 1847 Sonora perdió más del 50% de sus tierras ante Estados Unidos por el “Tratado de La Mesilla”. También fue escenario de algunas guerrillas como la famosa invasión filibustera de Caborca del 6 de abril de 1857, y la intervención francesa en los años 1862-1867.
En el siglo XX, Sonora tuvo un papel importante durante la Revolución Mexicana por la famosa Huelga de Cananea en 1906, el primer movimiento obrero registrado en ese contexto histórico. En 1920 México tuvo a su primer presidente sonorense, Adolfo de la Huerta, precedido por Álvaro Obregón en el mismo año, después Plutarco Elías Calles en 1924 y Abelardo L. Rodríguez en 1932.
En la actualidad, Sonora es uno de los estados más famosos de la República Mexicana por ser el segundo más grande en el país, por sus privilegios geográficos (colinda con Arizona en Estados Unidos, Baja California, Chihuahua y Sinaloa, además de que en él convergen el desierto y el mar), sus capacidades de importación y exportación, sus actividades económicas (como la ganadería, la agricultura y la minería) y su potencial turístico e inmobiliario, lo cual hace atractivas las posibilidades de inversión de diferentes tipos.
Además del mar, en Sonora se encuentra la famosa la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, la cuarta reserva terrestre más grande de México. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lo declaró Patrimonio Natural de la Humanidad en el 2013, y cuenta con el Museo y Centro de Visitantes Schuk Toak. Siendo una de las 13 maravillas de México, se ubica entre los municipios de Puerto Peñasco, Plutarco Elías Calles y San Luis Río Colorado.
Sonora cuenta con 72 municipios: Aconchi, Agua Prieta, Álamos, Altar, Arivechi, Arizpe, Átil, Bacadéhuachi, Bacanora, Bacerac, Bacoachi, Bácum, Banámichi, Baviácora, Bavispe, Benito Juárez, Benjamín Hill, Caborca, Cajeme, Cananea, Carbó, La Colorada, Cucurpe, Cumpas, Divisaderos, Empalme, Etchojoa, Fronteras, General Plutarco Elías Calles, Granados, Guaymas, Hermosillo, Huachinera, Huásabas, Huatabampo, Huépac, Imuris, Magdalena, Mazatán, Moctezuma, Naco, Nácori Chico, Nacozari de García, Navojoa, Nogales, Ónavas, Opodepe, Oquitoa, Pitiquito, Puerto Peñasco, Quiriego, Rayón, Rosario, Sahuaripa, San Felipe de Jesús, San Ignacio Río Muerto, San Javier, San Luis Río Colorado, San Miguel de Horcasitas, San Pedro de la Cueva, Santa Ana, Santa Cruz, Sáric, Soyopa, Suaqui Grande, Tepache, Trincheras, Tubutama, Ures, Villa Hidalgo, Villa Pesqueira y Yécora.
De este listado Álamos y Magdalena de Kino pertenecen a la iniciativa nacional de Pueblos Mágicos, la cual consiste en la distincion de ciertos poblados o ciudades en México que han logrado conservar magistralmente algo de su cultura, historia y naturaleza heredada, además de manifestarlo a través de diferentes maneras de expresión. Por lo general estos lugares tienen una escencia mística, simbólica y única que atrae tanto a locales como a turistas. Álamos pertenece a esta iniciativa desde 2005, y Magdalena de Kino desde 2012, precisamente por su calidad histórica e incluso arquitectónica que han conservado desde hace siglos hasta el día de hoy, sin mencionar las ventajas de la naturaleza a las que tienen acceso.
Sonora en definitiva está en constante evolución, listo para seguir explotando positivamente todos sus beneficios con los que cuenta. Sus paisajes, cultura, gastronomía, historia, ubicación, su gente, etc., conforman la totalidad de un estado digno y atractivo de la República Mexicana.